Inteligencia policial chilena golpea a banda Los Gallegos, del Tren de Aragua, en Arica 

El audaz trabajo de un policía infiltrado facilitó la captura de 38 miembros de la organización, ahora procesados
Inteligencia policial chilena golpea a banda Los Gallegos del Tren de Aragua
Inteligencia policial chilena golpea a banda Los Gallegos del Tren de Aragua Composición: Checa.pe / Foto: Perfil de X @PDI_CHILE

Los “gallegos” del cerro Chuño, organización anexa a la banda El Tren de Aragua, confiaban plenamente en ese transportista informal que les ofrecía servicios en su camioneta, les ayudaba a cargar cachivaches y departía todos los días con ellos en esa zona hostil de la ciudad chilena de Arica, en la que se levantaba el cuartel de la organización criminal. 

Pero “D1” no era lo que creían los “gallegos”: era un policía infiltrado que convivió con la banda entre 2022 y 2023 y acumuló información de primera mano sobre sus actividades. Un trabajo sigiloso y lleno de riesgos que rinde ahora fruto en el proceso judicial contra 38 detenidos.

“En el momento que me sorprendieran o se levantara la más mínima sospecha de las personas con las que yo me iba a relacionar, no iba a significar que me iban a golpear o me iban a echar. No, literalmente me iban a matar”, cuenta ahora D1 desde el anonimato

La audacia, habilidad y rasgos físicos de D1 -próximos a los de los chilenos que colaboraban con la banda-, llevaron a la Policía de Arica a intentar el camuflaje. El agente se apareció una mañana en el cerro con la camioneta, hizo trabajos menores, se acercó a los jefes y poco a poco se convirtió en un participante de las reuniones. 

La sobrevivencia en un contexto dramáticamente hostil

“En esta fachada, que iba de la mano con un proceso de caracterización y un cambio de vestimenta, también tenía que obedecer a ciertas necesidades propias del cerro. Era un contexto hostil”, dice D1. 

Los Gallegos es una organización anexa a la banda El Tren de Aragua, de origen venezolano y una de las máximas expresiones actuales del crimen organizado transnacional. El Tren expandido sus actividades por Colombia, Ecuador, Perú, Chile y sus tentáculos llegan incluso a Estados Unidos. 

En ese marco, llegaron a Arica, en el sur de Chile y, tras desalojar a traficantes de droga chilenos, peruanos y bolivianos, fijaron centro de operaciones en Chuño, un cerro difícil, con pocos pobladores, sin presencia de policías.  

Impusieron el terror. Entre numerosos asesinatos, llamaron la atención los de tres personas, dos de ellas peruanas, que fueron sepultadas vivas bajo cemento. 

Las contundentes pruebas obtenidos en el corazón de la banda

En el proceso judicial que se desarrolla ahora en Arica salió a la luz la hazaña de D1, cuando declaró tras un biombo, con voz alterada por efectos, con medidas especiales para que nadie se acercara, pero con contundente información contra el grupo que lideraba el ahora preso venezolano Jorve Galaviz. 

Cuando los detenidos escucharon el testimonio y se enteraron de la filtración, sus rostros mostraron asombro, lamento, sonrisas irónicas de resignación. Les era fácil advertir la contundencia de pruebas entregadas por un “compañero”. 

“Obviamente los imputados se dieron cuenta de quién era, pues convivieron con él mucho tiempo«, afirmó el fiscal de Arica, Mario Carrera. D1 contará con las garantías que necesite en adelante. 

Un caso de éxito: el papel de la inteligencia en la lucha contra el crimen transnacional

En total, cayeron 34 venezolanos y cuatro chilenos sindicados de pertenecer a la banda y de delitos como asesinatos, tráfico de personas y drogas, proxenetismo, robo, extorsiones y más. Se incluyen nueve mujeres. 

“Ellos lo hacían todo por la causa. ¿Y qué es la causa? La causa es la organización, es el ‘Tren de Aragua”, indicó el policía encubierto. 

Los expertos coinciden en que la inteligencia policial es básica para enfrentar con efectividad al crimen organizado transnacional y casos como el de D1, una infiltración con éxito, les dan más argumentos. 

Gonzalo Alfonso Ruiz Tovar

Gonzalo Alfonso Ruiz Tovar

Comunicador social colombiano, con 40 años en el periodismo. He vivido la mayor parte de mi vida fuera de mi país, pero siempre lo visito. Mi zona de confort ha sido la información internacional y a ella me dediqué. Futbolero, lector y cinéfilo, soy el abuelito del grupo.

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