El flamante cardenal peruano, arzobispo de Lima desde 2019, ha participado junto a los migrantes en jornadas litúrgicas y académicas en las que ha examinado la situación desde el punto de vista de la Iglesia Católica.
“Los migrantes son los referentes de los sectores más deprimidos de la sociedad”, dijo Castillo al presidir en junio una Jornada Teológica por la Migración, organizada por la Universidad Católica del Perú.
“(La migración) nos obliga (a los peruanos) a ser un país que tenga capacidad de acogida, que suponga mejores condiciones de vida y un Estado mucho más organizado”, agregó el religioso en el foro, el que se abordó el tema desde diversos enfoques y se presentó el libro Una teología de la migración, del sacerdote estadounidense Daniel Groody.
Unido a clamor por Paz, Justicia y Democracia en Venezuela
Castillo, arzobispo de Lima desde 2019, también presidió en agosto una misa por Venezuela, una semana después de las elecciones en las que el oficialismo, sin presentar las actas de votación, proclamó ganador al presidente Nicolás Maduro, lo que es rechazado por la oposición y gran parte de la comunidad internacional.
“Hemos logrado un consenso muy amplio y hemos contagiado la solidaridad en el mundo”, dijo Castillo en esa ocasión respecto a la lucha de los venezolanos, de su diáspora y de quienes los apoyan.
La Catedral se vistió ese día con los colores patrios de Venezuela, en medio de expresiones artísticas y de culto especial a Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, de la Arquidiócesis de Caracas y de la Diócesis de Guanare.
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Castillo, sacerdote secular de 74 años, fue creado cardenal el pasado fin de semana por el papa Francisco, junto a 20 religiosos de África, América, Asia y Europa. Es el tercer cardenal vivo de la Iglesia peruana, pues Juan Luis Cipriani y Pedro Barreto ya lo son, aunque con funciones limitadas por edad.